Una humilde periodista que dejó de lado su vocación por necesidad, optó por la docencia
y, de repente, emigró a China. Pero muy China. Chinísima.
Es mi tercera aventura, un nuevo blog.

domingo, 19 de octubre de 2014

Yo, los taxis, el odio.

Más de un año sin escribir por aquí. Año y medio quizás: y mira que mis fans incondicionales (mis padres y un par de amigos que me quieren y les gusta cualquier mierda que haga) me presionaban y me recordaban cada mes un: YA-NO-ESCRIBES-EN-EL-BLOG. Además, gente nueva que viene a China desde España, leían mi blog y me escribían y se ponían en contacto conmigo. Pero ¿qué ocurre? Pues que cuando llevas dos años en la misma ciudad china las cosas dejan de parecerte curiosas y empiezan a molestarte a un nivel insoportable.

Y es entonces cuando me encuentro gritándole a chinos en mi mandarín patatero, haciendo aspavientos, y convertida en una rusa insoportable. Sé que está mal, pero me refugio en la idea de que también les pasa al resto de extranjeros que viven en esta jungla asiática.

¿Que por qué me enfado? Bueno, yo tengo un pronto así regulero, admitámoslo (aunque mis amigas lo niegan. Mis novios no). Que sí, me enfado en España también, pero no de esta manera. De estas ganas de pegarles pellizcos y guantazos a rodabrazo. Y estoy superando que escupan con ese ruido característico: ya no miro. Sin embargo, me cabrea cuando son menos de las 9 de la mañana, cuando estoy comiendo o cuando es a menos de un metro de mi oreja. Cuando es el taxista el que hace ese ruido, abre la puerta (tiene la delicadeza de hacerlo en los semáforos) y escupe una media de escupitajo cada 5 minutos, pongo cara de asco, pero ya. Cuando lo hacen por la ventanilla con el coche en marcha, me jode más porque siempre me imagino que con el viento me va a salpicar algo y entro en pánico absoluto.

Me indigna que no me entiendan a pesar de saber que es mi culpa y que debería hablar mejor chino. Pero no, es que a veces das con gente que nunca ha hablado con extranjeros y, no sé, no comprenden tu acento o algo así. Y a veces la cago, pero otras digo frases TAN PARECIDAS a las que luego repiten, que se me ponen los ojos en blanco y respiro hondo. 1, 2, 3, 4… y así hasta 10.

Que sí, que asumo parte de mi culpa. Que llevo aquí dos años y aún no sé pronunciar debidamente ‘sigue recto’ para decirle al taxista que continúe. Suena a: ‘I yi tsou’ y yo me empeño en decir ‘I chi so’, que quiere decir ‘vamos juntos’. Que claro, el taxista me mira y pensará: ‘claro que vamos juntos, extranjera estúpida, si vamos en el mismo coche’.

Yo sé decir unos cuantos verbos: querer, saber, gustar, ir, trabajar, mirar, comer, beber, jugar… los pronombres personales, los días de la semana y unas cuantas palabras y adjetivos. Y es triste, es triste vivir 2 años en China y hablar como si tuviera un año de edad. Pero tengo tan poca vergüenza que ni voy a clases. Desde aquí me comprometo en buscar un par de horas a la semana para ir.

Todos sabéis ya mi particular cruzada con los taxistas, y que son un filón en mi Instagram: (instagram.com/txarokore) taxistas que se creen Raikkonen, que te preguntan si estás casada, o que GRITAN hablan por el móvil a grito pelao cosas como:

-‘Eh, ¡llevo a una extranjera en el coche!’
-‘Ah, pídele el teléfono!’

Taxistas que se afeitan, (haz clic aquí si no viste el vídeo) taxistas que fuman y te ofrecen, taxistas que paran a mear Y TE DEJAN DENTRO DEL COCHE MIENTRAS ELLOS HACEN SUS COSAS EN UNA ESQUINA EN MITAD DE LA CALLE, o los que se van a comprar un helado, todos los taxistas que llevan guantes de nazareno (esto no lo entiendo aún) [FOTO] o todos recogiendo más gente durante el trayecto. Ahí acabas comprimida dentro del taxi con mucho olor a ajo y mucha gente mirándote. Otras veces no encuentras taxis cuando nieva a -20ºC, y lo peor es cuando otra china te quita el taxi y tú vas y con tu chino vergonzoso le digas: TÚ, MALA. ¿NO VES QUE YO ESPERO?.

Y se asustan. Porque han visto pocos extranjeros, pero menos aún tan enfadados por situaciones o acciones que ellos no entienden como ofensa.



Estoy harta de que algunos me intenten timar, en serio. Me hace odiar de una manera muy profunda y yo no soy así (‘cómo voy a ser mala si tengo tatuado un corazón?’). Esta es la historia más representativa que tengo (es de esas historias que pierde mucho escritas, pero lo de hacer un videoblog como que me da vergüencilla):
Ocurrió a principios del verano pasado: estuve 3 meses trabajando en dos sitios a la vez, de profe de español en la universidad y de inglés en una academia. Y no tenía ni un día libre: tan solo el domingo… pero tenía que dar una clase particular de español de 2 horas. Siempre al mediodía. Que me jodía la existencia. Pero bueno.

Después de 14 días seguidos de trabajo, cojo el taxi (en el que ya había dos personas más), me siento en el asiento delantero, me pongo a mirar el whatsapp, a tener alguna conversación tonta, y cuando levanto la vista… estaba en el centro de la ciudad, al lado del río. Los domingos que hace buen tiempo se van todos los chinos ahí, al río, a volar cometas y yo que sé. La cosa es que yo no tenía que pasar por ahí EN ABSOLUTO, había dado una vuelta gigantesca. Miro al taxista

-¿Por qué estamos aquí?
-Hay mucho tráfico por el otro lado, chi-chu-chi-cho-chu (cosas que no entiendo)
-¡ES DOMINGO!

Claro, mi vocabulario no daba para más. El trayecto es de 20 minutos pero yo llevaba 45 minutos en el coche y me quedaba otra hora más porque la calle estaba totalmente atascada. No poder expresarte cuando quieres… yo que sé, acordarte de toda su familia milenaria es MUY FRUSTRANTE. Sobre todo cuando tienes cansancio acumulado, llegas tarde a tu trabajo y te vas a pasar 3 horas de un domingo en un taxi.

Quería gritar, pegarle, salir corriendo y no volver a China nunca más. ¿Por qué me engañaba? Así que de repente, se me cruzaron los cables, puse ojos de psicokiller, lo miré desde muy cerca y le grité en chino en un modo muy ofensivo:

-¡ERES… MUY….MALO! (Ni shi bu hao). 

Esto es gracioso porque el hombre se asustó muchísimo, puso los ojos redondos y se echó para atrás. Es gracioso porque gramaticalmente es un desastre. Y es gracioso porque de repente, me puse a llorar. No podía parar. Quería matarlo, pero no podía, así que lloré. Lloré hasta que me harté. El hombre me daba clínex, yo los cogía y le decía: ‘¡Gracias!’ pero gritándole, de que lo seguía odiando igual o más. Me sonaba los mocos y tenía hasta hipos. No paró a recoger más gente.

Cuando llegué a mi destino, el taxímetro marcaba 80 yuanes. Normalmente son 20. Le di 10 y me fui. El taxista estaba tan asustado (ya me encargué de gritarle por el camino: ‘¿Quieres dinero? ¡Pues no te lo voy a dar! ¡Soy extranjera, pero no soy tonta! ¡Los chinos sois tontos!’) que ni se atrevió a mirarme a la cara.

Y son esos momentos cuando te quieres volver a casa. Cuando ves fotos de tus caris de fiesta. Cuando te escribe una persona a la que echas mucho de menos. Cuando ves a tu madre triste por el skype. Cuando la contaminación te hace llevar mascarilla o quedarte encerrado en casa.


Pero bueno, volveré a intentar estudiar chino este año. Ya me he comprado libros, me voy a apuntar al HSK (examen de nivel de chino) y así me tengo que obligar. ¿Lo lograré? O no, pero algunas palabras más siempre aprenderé para poder gritársela a algún taxista.

Gracias por leerme. Siento la ausencia y también el odio de este post.
Tx.





5 comentarios:

  1. Te he imaginado sollozando en el taxi :/ Joder, eso sí que lo entendió. Q impotencia, coñe! Q tiemblen los chinis porque aprendes mandarín para pegarles unos buenos explicotes! Un besico

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ahhh! Firmad, que nunca sé quiénes sois! Gracias por el coment :)

      Eliminar
  2. Y la música punchi punchi de taxista le llamo yo.. Faltó.. Jajajaja. Ay ay Txaro...

    ResponderEliminar
  3. Hola, no sé por dónde escribirte asi que voy a aprovechar tu último post para contactarte! Me llamo silvia, y soy arquitecta. Justo la semana pasada me ofrecieron un trabajo en la universidad HIT de Harbin. Me ilusioné bastante hasta el momento en que he buscado información sobre la ciudad!! que fríooooooooo!!! además de los altos niveles de contaminación!! En principio sería solo para tres meses, pero me han entrado muchas dudas después de darme una vuelta por Google! No sé, me gustaría una opinión más si puede ser, para ayudarme a tomar una decisión. Gracias y gracias por compartir tus aventuras!!

    ResponderEliminar
  4. Holaa!! Me sumo a la petición de Silvia!! mi correo es inesperezboulais@gmail.com! Estaría muy agradecida en que te pusieras en contacto conmigo, porque voy un año a trabajar a Harbin! Gracias ! ;)

    ResponderEliminar