Suena el
despertador. Repetir. 10 minutos más. Sueño algo bizarro. Vuelve a sonar. 10
minutos más. Sueño algo genial. Suena otra vez. Vale, ya me levanto. Con pinta
de haberme lavado la cara con avispas, voy a la ducha. Y el agua sale marrón.
Espera, no. No sale. Solo sale el agua fría. ¿Y la caliente? ¡Está lloviendo,
tengo frío, necesito ducha caliente!
Así es como descubrí que iba a estar
6 días sin una ducha caliente en mi casa. Yo soy de esas personas que necesitan
ducharse al saltar de la cama para poder terminar de despertarse. “El tubo se ha roto”. Esa fue la
explicación que me dieron. El tubo.
Yo ya había sido precavida y me
había apuntado al gimnasio para no engordar con este horario y alimentación que
llevo, así que no me ha quedado otra que ir (por primera vez) para poder
ducharme luego. Como cuando te tocaba Educación Física a primera hora en el instituto.
El gimnasio no es ninguna maravilla,
pero está dentro del campus y a menos de 10 minutos de mi casa. Es barato y,
como todo, me sorprende. Hay un montón de chinos que se creen cachas pero NO.
Cogen las pesas, que son de grandes como ellos y hacen un ruido de hacer
haciendo deporte, aunque sus músculos digan lo contrario.
El primer día llego y todos
emocionados. Solo escuchaba ¡Hello!
¡Hello!. Yo puse cara de no entender ni el inglés y me puse el iPod a todo
lo que daba. Lo siento, no quiero amigos pseudo-cachas.
Me voy a la ducha. ¡Qué ducha! He
visto alguna así en algún reportaje de Callejeros en una barriada andaluza.
También huele a orín. Todo lo que tenga un váter cerca huele así. Me armo de
valor, pienso en la temperatura del agua y me siento capaz de cualquier cosa. Entro
en las duchas con unas chanclas gigantes y me encuentro a una china muy peluda.
Una china muy peluda que no me saluda. Sigo sorprendida con esto: no hay
cortesía con la gente que no se conoce. En España saludas en el portal de tu
casa, en el ascensor… o si alguien se mete en la ducha contigo, digo yo. Ellos
no. Te miran con cara de: ‘Uy, una rusa’
y tú te quedas con el Ni hao en la
boca.
Qué bien, soy mucho mejor persona
después de ducharme. Miro a mi alrededor. Un momento: ¿no hay enchufe? Lo busco
como si mi vida dependiera de ello. Necesito secarme el pelo, afuera hace 14º y
esto se llama resfriado seguro. Le pregunto a una de las encargadas por algún
tipo de enchufe y, con la mejor de sus sonrisas, me dice que no con la cabeza.
Muy simpática, pero yo noté en sus ojos esas ganas contenidas de contestar: “Sí, claro, cari. Y el jacuzzi con el
chulazo para darte el masaje con happy ending está al fondo a la derecha, no te
digo”.
He decidido que mejor me ducho en mi
casa cuando haga -25º. No me gusta a mi lo del pelo escarchado, llamadme
antigua si queréis.
Los días pasan rápidos entre
gimnasio(*) y clases. Por fin pude ponerles nombres españoles a los de primer
curso: no tienen ni idea de castellano y les tengo que hablar en inglés todo el
tiempo. Muy divertido: escribí nombres de todas mis amigas en la pizarra y
ellos iban eligiendo. Treinta chicas: Zoe, Inés, Irene, Carmen, Mar, Alicia,
Noelia, Gloria, Bea, Ángela, Lucía, Soraya, Paula, María, Blanca, Olivia… y,
por supuesto, una se ha quedado con ‘Cari’. ¡Y tan contenta!
Solo hay dos chicos en el aula
femenina y yo pretendía llamarlos Iván (Ferreiro) y Guille (Milkyway). Pero
nada, se decantaron por Daniel y David.
No quiero hablar demasiado de mis alumnos, pero la verdad es que me dan la
vida: no pueden ser más graciosos. Hay días que no me entienden y creo que esos
son los mejores de todos. Esta semana resumí la historia de España en UNA
clase. Fue un resumen muy por encima, que los de más nivel entendieron pero los
que tienen menos no pescaron nada. Yo con mis PPT, mis fotos y ellos diciéndome
que no sabían qué era un romano ni un judío. Les hago una práctica en la que,
en grupo, contestan a unas cuantas preguntas. Lloro de risa con las respuestas.
-¿Qué son las pinturas
rupestres?
-22.000 años. Los
cazadores matan toros españoles.
-¿Qué sucedió el 2 de
Mayo de 1808?
Ocurrió los ‘Borbones’
en un puerto de Madrid.
Esto, lo
simpáticos que son, los mensajes que me mandan y las cosas que me dicen es lo
que hace que los días pasen demasiado rápidos. Además, claro está, de mis
nuevos amigos argentinos, con los que comparto risas y fiestas. Unos copados.
Falta otro más en la foto: http://decimequesi.tumblr.com/
Ellos también tienen que ver
por el campus cosas que me hacen aguantarme la risa como que los chinos se
echen la siesta en CUALQUIER SITIO:
O los
modelitos imposibles (prometo una entrada sobre moda Harbinesa pronto):
O que
tengamos un pedazo de torre que echa humo negro a lo isla de Lost durante la
mitad del día. La polución está aquí mismo y la gente dando vueltas alrededor
de una especie de pista de atletismo en la que casi nadie corre. Solo la usa la
gente mayor por la noche para hacer una procesión en la que bailan cosas raras
con música rara (y no es reguetón). Es como una ruta del colesterol, pero más
ordenada y con música. Video pronto, lo prometo.
En fin,
enseguida llega el fin de semana, y todo el trabajo se agrupa en dos días en
los que nos volvemos a juntar en la discoteca con música tan fuerte que la caja
torácica te retumba, con un grupo de españoles que son geniales y esos cubatas
a 2 euros de los que os hablé y que me hacen sentir regular tirando a mal. En
fin, que no nos podemos quejar, yo ayer celebré mi cumpleaños como está mandao.
Lo único
que pediría es que los japoneses y chinos se arreglen con la disputa de las
islas y que el ministro de Defensa de los EEUU deje de decir que esto puede
desembocar en una guerra, que yo me asusto. Que quiero quedarme un año entero
aquí. Que acabo de llegar, hombre.
Gracias por leerme, como siempre.
Y mil gracias por las mil visitas al blog en solo tres semanas.
Y mil gracias por las mil visitas al blog en solo tres semanas.
Tx.
(*) Sé
que no os habéis creído lo de mi asistencia DIARIA al gimnasio. Y bien que hacéis.