Una humilde periodista que dejó de lado su vocación por necesidad, optó por la docencia
y, de repente, emigró a China. Pero muy China. Chinísima.
Es mi tercera aventura, un nuevo blog.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Hospital Chintral.

Queridos lectores occidentales que os reís con mis humildes entradas:

Este post está dedicado casi por completo a mi primera (y espero que última) visita a un hospital en Harbin: necesitaba un chequeo médico para no se qué mierda visado de trabajo, distinto al visado para entrar en China.

Yo hice lo humanamente posible para que no se volviera a repetir la escenita que monto cada vez que me sacan sangre, así que mareé a mis santos padres para que me enviaran todos los análisis y pruebas que me tuve que hacer antes de abandonar Españistán.

Con ciertos problemas (casi dos semanas) para recibir la carta y todos los resultados, a las 8.30 de la mañana nos recoge un chófer a mi salvadora amiga china y a mí y nos lleva al hospital. Yo ya me encontraba regular: no había desayunado por si me sacaban sangre y estaba mareadísima ya de pensar en la aguja y en mi fortaleza.

Llegamos allí, todo el mundo gritando, saltándose las colas y un olor a hospital desinfectado que en vez de alegrarme ya me puso pálida. Me dice la china que nanai de la ídem, que mis análisis no sirven (sin mirarlos) y que hay que volver a hacerlos de nuevo, además de pagarles 383 yuanes. Pues nada, me pongo a ladrar en arameo y a llamarles cosas bonitas a todos los chinos que veía por allí. Es un desahogo poder insultar sin ser entendida, la verdad.

Ese desahogo de bien poco me sirvió. Empezamos con un análisis de orina. Bueno, eso no me da tanto miedo. Camino al servicio, mi inocencia y yo íbamos imaginando el baño de un hospital nuevo como en el que nos encontrábamos. Conforme me iba acercando mi pituitaria me fue dando pistas de que ambas estábamos equivocadas y de que seguía estando en esa China en la que todos los baños huelen a orín retestinado. Los que me conocéis bien sabéis que no soy tan delicada… Pero ese olor… ese olor. 

Empiezo a tener arcadas a lo gente en youtube viendo 2girls1cup (podéis pinchar, que no es ESE vídeo, desconfiados...), abro el baño, y veo que ¡las probetas con el orín se dejan abiertas encima del váter en cuestión!
  
Le pregunto a la china:

-¿Pero de verdad? ¿Así? ¿Sin más? ¿Y si quiero echarle agua a otra probeta? ¿Y si cambio las pegatinas?
-No creo que nadie quiera hacer eso.
-Hija, ya, pero…. (arcada, tos, asco).


Perdón por la foto tan explícita, pero creo que es necesario que compartáis mi repugnancia

Era el turno de la radiografía. En esto soy una experta: un mes de radiografías más que diarias me avalan.

-¿Me quito el sujetador?
 El hombre agobiado: -¡No, no, no, no!
-Hijo, ¡pero si no las tengo feas, no te pongas así! Thalía, cari, dile que el sujetador lleva metal, por si no ha visto alguno en su vida con esa cara que tiene, que parece de cera.
-¡Dice que da igual!

No entiendo nada aquí. Fue en el exacto momento en el que decidí dejar de pensar para que esas horas en el hospital no fueran un trauma. Que se pronuncien los que saben de radiología y sistema sanitario español en general, por favor.

Conforme se van terminando las pruebas (¿vivo en Harbin Express o no?) se acerca el momento de la sangre. Yo cuando ya veo a la enfermera con su cofia a los años 50 y la goma para poner en el brazo empiezo a perder el color y a tener un sudor frío peligroso. Ay. Ay que se me saltan las lágrimas. Le pido que por favor me saque la sangre de la mano. Accede. (Ya sé que duele más, lo tengo comprobado, pero es algo psicológico, inexplicable y absurdo).

¿Tengo que sacarme sangre sentada? Madre mía, mi primer desmayo en China, verás.
Pero no, mi salvadora estuvo al lado. Yo miré para abajo y lloré. Lloré, joder. No lo podía evitar, me moría de la vergüenza pero me daban hipos y todo. Me río de pensarlo ahora pero en ese momento ‘gracia’ no era la palabra que describía mi estado. Os podéis reír de mí todo lo que os apetezca, pero pensad que no falta tanto para que vuelva a España...

Respiré tranquila cuando todo terminó. Fui a ver a la directora hecha un trapo. Pálida y pegando tumbos para los lados. Pero bueno, fue una excusa para comprarme un dulce de los que comía Doraemon (true story) y descansar un poquito.


                                                                                                       
La clase de luego, muy divertida. Cultura de España. Toca hablar de la sociedad española y, entre otras cosas les cuento a los chicos cómo es la realidad sobre  la homosexualidad en España. "Dos hombres y dos mujeres se pudieran casar y tener los mismos derechos que un matrimonio heterosexual". Dos se pusieron rojas al ver una foto de Jesús Vázquez besando a su marido después de su boda: una de ellas se tapó la boca y estuvo así durante 5 minutos. La cría no daba crédito. Esto algo a lo que China se está acostumbrando, la homosexualidad en este país es un tabú que poco a poco va asomando en un país en continua transformación. A ellos aún les cuesta mucho, aunque casi todos mis alumnos han escrito en los ejercicios que aunque las bodas homosexuales son ilegales en su país, ellos los apoyan y que creen que todo el mundo debe encontrar el amor. (¡Me los como!)

Aquí el matrimonio (heterosexual, se entiende) es algo que SIEMPRE sucede. Tienen la idea de que si no pueden casarse han fracasado en la vida, de hecho hace poco se publicó un artículo en El País sobre las mujeres que se casaban en China con hombres homosexuales porque así los dos evitaban las críticas.

En fin, que los alumnos chinorris me dan la vida. Porque cuando un día largo te pasa por encima, estás cansada y tienes problemas de papeleo y cierta morriña, de repente es el día del profesor y los alumnos te reciben así en clase.





Y te regalan flores. (Chinos ofreciéndome flores, de repente tuve un deja-vu. Sentí que estaba en España, de noche, con luces y música fuerte, no sé.)




Una última foto para terminar: he descubierto que en China también trabaja uno solo mientras los demás miran. ¿Veis como no somos tan diferentes?




Poco más os tengo que contar, no ha pasado mucho tiempo desde la última entrada. Prometo seguir haciendo fotos y apuntando estas cosas surrealistas que me ocurren día a día, ¡pero tampoco hay que pasarse!. 

Gracias por leerme ¡y por vuestros me gusta/comentarios facebookeros!

Tx.



1 comentario:

  1. También me sorprendió lo de trabajar y mirar... y yo que pensaba que los Chinos trabajaban como locos y resulta que esos son los Japoneses!! jaja

    Muy bueno el comentario de las flores xD

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